PARATGE URBÀ

dilluns, 12 de maig del 2008

EL DERECHO A LA MOVILIDAD

La política pública de la movilidad es una importante herramienta de inserción y cohesión social o, en su defecto, una potente vía de exclusión. En efecto, las políticas de movilidad pueden reforzar o aminorar la segregación territorial de las áreas metropolitanas actuando sobre las desigualdades de movilidad de los ciudadanos y mejorando, por ejemplo, la accesibilidad al mercado del empl l cual favorece indiscutiblemente la cohesión social.Así, hablar de desplazamientos y de desigualdades es analizar en qué el sistema de movilidad permite a los habitantes de una región metropolitana tener acceso a esta metrópolis y a sus diferentes actividades y servicios. El reto incumbe tanto a la cuestión del acceso de todos los habitantes a las diferentes áreas de la metrópoli, como, a la comunicación de todas las zonas desfavorecidas con el resto de la metrópoli (según se mire a nivel de individuos o de territorios), siempre en un contexto de reducción de impactos negativos del transporte.



Transbordador puente Vizcaya comunica
Getxo con Portugalete en la metropolis Bilbaina

Hoy diferentes fenómenos de segregación social y territorial obligan a efectuar desplazamientos considerables fuera del espacio de residencia. Podríamos decir que se ha pasado de una proximidad organizada (ciudad compacta) a una distancia desorganizada (ciudad difusa), de ahí que la motivación final sea obtener una distancia organizada del sistema metropolitano, teniendo en cuenta y asumiendo la perennidad de las transformaciones urbanas actuales. Así, en un contexto de crecimiento urbano y de nuevas pautas de localización de los lugares de residencia, de trabajo y de consumo, la cuestión de las políticas públicas de movilidad en el seno de las metrópolis se convierte en una cuestión clave. La movilidad es una actividad necesaria para poder conectar los diferentes espacios y grupos sociales de la metrópolis, en definitiva, para garantizar la cohesión social y territorial de las mismas.

Nuevo barrio residencial

de baja densidad en la metrópolis Zaragozana

Consecuentemente, la planificación de la movilidad debe definirse como la integración de dos planificaciones tradicionales: a) la planificación territorial y urbanística; b) la planificación de los servicios e infraestructuras de transporte. La movilidad debe ser, entonces, objeto de una planificación detallada, con visión tanto global como local, y evidentemente debe contar con el consenso de los diferentes agentes territoriales. El incumplimiento de este principio tiene un impacto negativo tanto a nivel ambiental (emisiones de gases de efecto invernadero, ocupación indiscriminada del territorio, etc.), como a nivel social (falta de oportunidades de movilidad y de accesibilidad, etc.) y a nivel económico (congestión de las infraestructuras de transporte, etc.). Por lo tanto, es necesario un proceso de planificación que integre todas las variables que afectan a la movilidad de una metrópoli, es decir, que tenga en cuenta los medios de transporte y los elementos del contexto que inciden sobre el funcionamiento de estos medios.

Hoy la movilidad debe ser entendida como un derecho cuyo incumplimiento es un factor de discriminación social, ya que condiciona la mayor parte de los otros derechos.



Intermodalidad, abanico de oportunidades de
movilidad (coche, bicicleta, tranvía,
marcha a pie)en la
metrópolis Bordolense.

1 comentaris:

  • El derecho a la movilidad no sólo pasa por la calidad de la red de transportes públicos, sino también por el precio que se tiene que pagar por su uso. Algunos suburbios de París están bien conectados con el centro gracias a la red de ferrocarriles (RER), pero para llegar al centro de la ciudad le cuesta a uno casi 10 euros.

    Per Anonymous Anònim, A la/es 13 de maig del 2008, a les 7:55  

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